Soy un pancito calentito,
que se deshace en tu boca,
y tiene un sabor muy rico,
adentro muy suave y saladito,
picante y redondito,
lléname con tu jugos,
mi piel esta sedienta,
hasta conectar tus sabores más profundos,
esos sabores que con palabras,
no se pueden describir,
llévame a tu montaña preferida,
allí donde el viento sopla,
y tus manos se derriten,
en mis pechos con tu calor intenso,
que ardes en mi vientre,
hasta consumir mi ser,
crocante y palpitante,
tu sangre se mezcla con la mía,
hasta estallar,
en tu brillante luz,
que me ilumina cada día...