Sé que nunca me has querido,
que en tu vida, no he sido más que un granito de arena entre tus dedos;
un pequeño juguete que se rompió de tanto usarlo.
Nunca me has demostrado tu amor,
pero esta tonta enamorada estaba ciega y no podía ver;
no podía sentir que entre nosotros,
sólo latía un corazón.
No te guardo rencor,
sólo desearte lo mejor.
Que te quiero, que te amo;
eso ya lo sabías desde siempre.
No puedo cambiar mis sentimientos,
ni mandar en mi corazón;
por eso trataré de vivir
recordando sólo lo mejor,
sin rencor.
Mi vida debe seguir,no puede acabar aquí.
Es un duro golpe,
pero no será el último.
He decidio levantarme,
no llorar más,
seré yo;
la de siempre,
la que ríe y llora,
la que se enamora y se equivoca,
pero siempre yo.