Estoy sentado en una tumbona, junto a la orilla del mar.
Y tengo los ojos cerrados, sintiendo las olas llegar.
Escucho a los niños,que chapucéan, sin cesar.
Siento una agradable brisa, que me susurra al pasar.
Ahora, abro los ojos para seguir disfrutando, junto a la orilla del mar.
Las sensaciones no son las mismas, pues ni sientes la brisa, ni el nítido chapucéo de los niños en el mar.
Esta experiencia lo mismo te ha podio ocurrir a ti.
Por mi parte prefiero cerrar los ojos, volver a sentir la brisa, escuchar los chapuceos y. más tarde despertar.