Imaginate...
mi mundo en el tuyo
sabiendo a inocentes huertos
de fragancias parecidas,
un inmenso trono, que a tí, princesa
te devuelva el reino
de la piel y las orquídeas,
un diamante, cristal silente,
que al brillo de una
estrella su reflejo,
inunde de pasión
el cuarto en que
solemos amarnos,
una dedicatoria,
expuesta en las mas
vigorosas páginas
de un libro que jamás
leeremos,
y un beso, cálido, húmedo,
inanimado, que celebre
latitudes de goces y de
cielos...
pero si te imaginas,
dilo, grita, percibe,
que al amor lo tienes
amarrado en el rincón de mis
desvelos.