Siempre a la Mujer Amé y he Amado
Lo Hice sin Pedir, ni dar espera
Por eso mi Razón se Desespera
Cuando me Pides un Amor Graduado.
Nunca Supe de Esperar, para Ellas
Ni Detenerme a Pensar No puedo
Pues Amé y Pequé con tan Denuedo
Que Supe del Color de las Estrellas.
Ni Días, ni Meses, ni Dolor Alguno
Me Detuvieron para Clavar mis Garras
De mi Deseo Desbocado y Cual Cigarras
Cantaron Siempre sin Pudor Ninguno.
¡Entiérrame las uñas, hazme daño
En Mi Vierte tu Jugo Tan Ardiente
Que Sientan tus Entrañas lo Caliente
Aunque de tan caliente te Haga Daño ¡
¡No Me Pidas, Mujer, Tener paciencia,
Que lo Paciente es para mi Siniestro
Pídeme que te Posea Como Maestro
Carente de Pudor y de Conciencia¡.
Ciudad de Poza Rica, Estado de Veracruz, México