Ya, no quiero ser tu amante,
no persistamos por favor;
aunque no he dejado de amarte,
me siento como un vil traidor.
Ya no puedo ser tu amante,
no insistamos, por favor.
No he dejado de adorarte
pero hoy, siento temor.
Te vi con tu esposo y tus hijos
y me llenè de tristeza y furor;
sabes bien que nos quisimos,
pero hoy, me consume el dolor.
No he querido hacerte daño,
pues no pensè que me leyeras;
con razòn me has reprochado,
mis disculpas muy sinceras.
Aunque no pueda ser tu amante,
lamento haberte ofendido;
no he de dejar de amarte,
ni olvidarè lo vivido.