Tener tu madurez, en mis bosques, tendida
cual una enredadera que apreta mis derroches
entre tanto amor, que al sentirte en agonía
vuelas en mis gnomos la placidez de las noches,
callar tu gemido, en mis garras, ostentosas
con el suave elixir de las manos perfumadas,
entre tanta profundidad, sentirte la mas hermosa
cuan el verso oscilante de la impávida mirada,
volcar mis torrentes de lluvias y extensos
mares de humedad entre tus piernas extendidas
me resulta el maravilloso y cálido sustento
que vuelcas en orgasmos, en cada parte mía,
cansar el cuerpo, en la lujúria y la cuantía
de un amanecer cubriendo el parlamento
de la savia precoz, que en mis tejidos, espías!
toda vez que la desnudez siembra tus intentos,
quizás de decirte cuan feliz está mi mundo
desde la impronta fugaz que dejas en mis universos,
sabrías que estás despierta, en mis fueros iracundos
esos que te escriben...cada uno de mis versos.