Era un día como todos, simple,
la casa, yo misma, las tareas cotidianas,
me detuve un momento y me dije:
¿Por qué no idealizar una caricia? ¡Soy humana!
Me quedé pensativa, solitaria...
y en el alma me dibujé una mirada.
Una mirada de tiempo, de distancia,
una caricia a través de esta pantalla.
Me dije, ¡estoy loca!
Y seguí con mi sueño ilusionada.
Me detuve en unos versos y una hoja,
y comenzó a vibrar mi alma.
Yo no sé lo que ha sido,
que de pronto se iluminaron las ventanas,
hubo olor a jazmines florecidos,
y entró el sol a los jardines de mi alma.
La caricia que soñé estaba presente,
de gozo se llenó mi corazón,
estabas frente a mí y ¡tan sonriente!,
que dijiste: "¡Venga, amor!
que ya no estoy ausente".
Era tanta la emoción cuando te vi,
que no pude pronunciar una palabra,
es AMOR lo que nos une tanto así...
y es tan grande que no existe la distancia.
La emoción de tenerte junto a mí,
pudo más que millones de palabras.
Elsa Fariña
28/05/04