Cuando la muerte me abofetee el rostro, o me apuñale la espalda, o me sorprenda en una esquina; Quedare por doquier, por tus recuerdos de forma Ãnfima, seré tu historia triste y viviré allà donde vuelvas a caminar el sol de la mañana, o bajo la lluvia, o a jugar en la glorieta de un parque. Cuando sueñes un dÃa y la princesa Isapi se te apodere del alma, o del cuerpo y aumente la marea de tus ojos, o extrañes simplemente. Cuando la muerte me abofetee el rostro como una ráfaga de viento, y me voltee la cara para siempre, a la luz o al calor del infierno ... que importa... mi anhelo de tener cerca tus manos y tu boca, ya no será mas que un sueño.