Invidencia, invalidez,
divorcio, infidelidad,
la juventud, la vejez,
la pena o felicidad,
la terrible soledad,
la virtud, la estupidez,
la ambición y la maldad,
la inocencia y candidez.
La salud, enfermedad,
la muerte y el nacimiento,
la pasión y el sentimiento,
de la razón la frialdad.
A esta altura del camino
no existe un tema en verdad
que no haya sido abordado
en la extensión de mi poesía,
con incansable porfía
y cumpliendo mi destino.
No escribo acerca de mi
(hacerlo sería aburrido).
Escribo sobre la vida,
la gente y su condición;
escribo en cada ocasión,
no sólo lo ya vivido,
sino aquello que he aprendido
con mi atenta observación.
El oficio de escribir
es como un pozo sin fondo:
jamás se llega tan hondo
que no se pueda seguir.-