E N I G M A
¿Qué es lo que queda realmente
de tu ser en este mundo,
cuando tu cuerpo se va?
Ni siquiera la sombra
de tu recuerdo perdura
sobre la faz de la Tierra.
Mientras aún vivan aquellos
que te amaron en tu vida,
sobrevivirá el recuerdo
latiendo en sus corazones.
Mas, cuando no quede nadie
que te evoque en su memoria,
se habrán borrado tu historia,
tus pasos y tus momentos;
no quedará ni un lamento
por tu ausencia, por tu adiós,
diluídos en el viento.
Todos somos pasajeros,
simples huéspedes del mundo,
efímero es nuestro paso
y tan breve este momento;
tan estériles los sueños
de cosas que pronto, el tiempo
las habrá dejado atrás.
Aquellos que tú engendraste,
en unos cuantos decenios
habrán partido también
y, al fin, serán olvidados,
como lo serán tus nietos
y así sucesivamente
en el transcurso inclemente
del llamado "porvenir".
Y es entonces que pregunto:
¿cuál puede ser el sentido,
la razón, el objetivo,
para ese puñado de años
entre el nacer y el morir?
¿Para qué sirven la vida,
el placer y el sufrimiento,
el alma y el sentimiento,
la mente y el pensamiento
y cada acontecimiento,
si todo dura un momento
y después viene la partida,
el final, la despedida
y sólo dejas de existir?
¿Dónde quedaron los sueños,
los planes, las esperanzas?
¿Para qué llenar las horas
con trabajo y tanto esfuerzo
si, a veces, lo que hoy empiezas
no lo culminas ni avanzas?
¿De qué sirvió tanta lucha,
tanto ahínco en tu labor
si sólo cosechas llanto,
un amargo desencanto
y un lacerante dolor?
Cuál es el significado
de tu paso por la vida,
por el tiempo, por el mundo?
¡Qué misterio tan profundo,
qué razón tan escondida!
Que, hasta ahora, ni los sabios
han podido discernir.-
Eduardo Ritter Bonilla.
02-02-2007.