Un día? ¡primero Dios! ? Has de quererme un poquito. Yo levantaré el ranchito en el que vivamos los dos.
¿Que más pedir? Con tu amor, mi rancho, un árbol, un perro, y enfrente el cielo y el cerro y el cafetalito en flor.
Y entre aroma de saúcos, un zenzontle que cantará y una poza que copiará pajaritos y bejucos.
Lo que los pobres queremos, lo que los pobres amamos, eso que tanto adoramos porque es lo que no tenemos.
Con sólo eso, vida mía; con sólo eso: con mi verso, con tu beso, lo demás nos sobraría.
Porque no hay nada mejor que un monte, un rancho, un lucero, cuando se tiene un ''te quiero'' y huele a sendas en flor.