Tu cuerpo tiembla
pequeña merecedora
de todos mis derroches,
se alimenta de mis alquimias
cuando los ventanales
de tus sueños,
me abren a sus noches.
Se entibia
me reclama,
me llama en las madrugadas,
teñidas por tus
versos nuevos
y tus ansias antañas.
Se une a mis
distancias,
frutos de tus
humedades
que me embriagan
de silencios.
Se une al mío,
cual una estrecha
longitud
de geografías
partidarias.
Tu cuerpo, bella!
es causa de mis
guerrilas,
movimiento de mis
perjurios,
océanos de
choques temerarios,
efecto de mis
años en tu ausencia,
y al fin y al cabo
tu cuerpo se deshace
entre mis dedos,
llevándote al climax
y rompiendo las cadenas
de tus ansias enjauladas.