La espera es muy intensa,
los días resultan interminables,
pero mis locos pensamientos,
vienen presurosos hacia mí.
Sonidos de olas que repican en la orilla,
piedritas multicolores acunan su danza,
dejando escuchar un sonido peculiar;
mezcla de música y canto de sirenas.
Camino con mis pies desnudos,
pisando esta danza,
sin rumbo, ni sentido,
sin tiempo y sin destino.
Con aroma a vientos,
y brisas de llovizna salada
que humedecen mi rostro,
ya mojado de lagrimas
que corren por mis mejillas.
Pisando caracolas,
que entonan tañidos particulares
acunados por las olas
acunando mis pensamientos.
Mientras los rayos del sol
comienzan a brindar su luz ,
de tenue color y alegría,
en este atisbo de la vida.
Espero muy impaciente,
meciendo mi figura,
acariciada por las olas,
que humedecen mi silueta.
Y la espera continúa.
Con arpegios de violines,
que coronan mis sentidos:
tumbada en la orilla.
Las estrellas corren locas carreras,
hacia el infinito,
escapando al amanecer,
sigo esperando, esperando. Mecha Foderé