Era yo una rosa fresca y rebosante de amor,
cuando me tuvisteis en vuestros brazos,
me dijistes que no valia y rompisteis vuestros lazos,
dejandome en un mar de dolor.
Y ahora que os serviria, a vos os digo no.
Vuestra ha sido la culpa amigo,
de que yo haya cruzado otro camino,
conoci al hombre de mi destino
y ya no me importais vos.
Me dijeron que os enamorasteis de mujeres bellas y jovenes como una flor,
vos no sabeis lo que habeis perdido
por no haberme querido,
tengo un nuevo amor.
Paso su tiempo, ya paso su hora señor,
hoy riega el que fue su jardin otro jardinero,
al que con toda mi alma quiero,
y encima me enseño a no odiar ni guardar rencor.