En mis caminatas de delirio y de locura,
Buscaba al amor que yo un día abandoné.
Anduve en el tiempo, el destino y la amargura,
Y ahí la vi sonriente, sentada en el ayer.
Quise ir a su encuentro con todo y mi anhelo,
Desde mi sitio, ¡te amo!, también le grité
Y ella tan inmóvil me miraba desde lejos
Con esos ojos azules…, que ahora son de papel.
En mis horas solemnes y atado al desvelo,
Su rostro lejano me propuse besar
Pero sentí tan extraños y secos sus besos
Y no como aquellos que me supiera dar.
Era ella sin duda… ¿o tal vez no lo era?
Pero si es igual a la que yo tanto amé
Solo cambió los besos que algún día me diera
Por estos besos que ahora solo saben a papel.
En mis silencios de noche y soledad
Le dije palabras, ¡ay por Dios con el alma!
Pero sus expresiones nunca, nunca cambiaban
Que la tomé en mis manos y comencé a suspirar.
Se nota sonriente pero de todas formas me ignora
¿Por qué ya no me habla?.., le dije amor, perdóname
Y sus palabras silencio fueron como hasta ahora
Es que su voz, su dulce voz…, sonó a papel.
En horas frías yo le contaba que la añoré
Y ella muda solo escuchaba con su sonrisa
Mientras más me apasionaba con mis caricias
Sentía más su piel suave ser de papel.
Alguien por mala gente o por envidia,
Me dijo burlándose que yo estaba loco
Eh intentaba que yo la deje con sus mentiras
Y el era el gran demente…, la llamó foto.
Miren si en este mundo habrá dementes
Y por desgracia a todos yo me los cruzo
¡Pero hay el que se pase de insolente!
Mi dama no es motivo de sus abusos
Perdono que su nombre desconocieran también
¡Pero dejen de inventarlo!, me tienen harto
Aunque sus ojos, sus besos y su voz son de papel
¡YA CÁLLENSE!., su nombre nunca será retrato. Pablo Berkell