Si un saludo bastara, solemne y cordial,
y sólo una sonrisa desde otra acera,
una vaga brisa -difusa y cualquiera-
sería la parodia de un fresco rosal.
Si pasara el amor a lo lejos de largo
sin matices, ni voces, ni sueños, ni lar
y con sobrio silencio, sin cielo ni mar
no sembrara un instante sombrío y amargo...
Si auroras no hubiese de amor en los ojos
con rútilos encajes de engaño sutil,
si tan sólo un cumplido cordial y gentil
no cercara la vida con brutal cerrojo...
Viviría el amor sin sueños ni penas
sin ansias ni olvido, sin sima y sin cielo,
sin gloria y sin ocaso, sin sombras ni anhelo...
¡Ya no habría besos, ni mares, ni arena...!