Si quisieras, comería hasta piedras,
nadaría en aguas turbulentas,
comería las más venenosas hiedras,
y publicaría mis cosas secretas.
Ahora bien, he intentado volar,
y solo me he dado golpes con el suelo,
he estado en la luna para esperar,
a que me alcances en un nuevo cielo.
Sin embargo, he navegado en infiernos,
me he casado con la maldita soledad,
sufro de insomnios eternos,
y hasta me he cambiado de edad, POR TI.
Tu voluntad es la única que tiene voz,
la que dice lo que se tiene que hacer,
tus palabras son leyes de Dios,
y en tu mandatos me tuve que perder.