Has de recordar que eres semejanza,
del Ser Supremo siempre omnipotente,
que en ti sembrada llevas la simiente,
de tus sueños, de tu fe, de tu esperanza.
Ejercita tus dones con confianza,
proscribe los temores de tu mente,
no delegues tus culpas a otra gente,
asúmelas con valor y con templanza.
Si el ánimo declina ante el hastió,
así como ante el mar sucumbe el río.
No desistas de la mente inconclusa.
Revive el compromiso ante tu espejo.
Sin dejar que los cerca se haga lejos.
Ni tu motivo abdique ante la excusa.