Estar contigo es subir a la cima de la colina, diciendo te quiero,
siempre con amor sincero.
Es sentir tus dedos que suave rozan mi piel
y estremecerme con a su tacto, cual rica racha de miel.
Es sentir tus fuertes brazos cogidos a mi cintura
que con mimo me transportan a un oasis de aventura.
Estar contigo es percibir la luz en la noche, iluminada con polvo de mil estrellas,
para que no la veamos negra, y permanezca muy bella.
Es ver en tu corazón esa lámpara de amor, que ilumina mi sendero
cuando las estrellas se duermen entre nubes de algodón
y les da cobijo el cielo.
Estar contigo es
ver dibujada la más hermosa sonrisa en tus labios
cuando amorosos y alegres me susurran un te quiero.
Es ver la luz que traspasa tus ojos negros
y resplandecen como brillantes luceros
en los míos hechiceros.
Estar contigo es
mirarnos a los ojos,
cuando tus ojos me regalan la más tierna mirada,
y sentir que mi alma es tu alma, y tu alma mi alma.
Es sentir el día radiante de sol
que llene nuestras pupilas
de inmensa alegría y color.
Estar contigo es escuchar tu voz tibia y melodiosa
cuando dibuja un te quiero en mi oído,
una sonrisa en los labios, y el susurro de un te amo.
Estar contigo es sentir tus labios, los que me dan alegría
los que me dan placer,
los que con suave susurro van dibujando un te quiero,
dulce como el caramelo
y yo, por un beso de tus labios… muero.
Chelo Álvarez.