Te presento mi ritmo,
el compás del averno,
aquel que ningún humano
será capaz de sostenerlo.
Tu verás mis pasos
llevarme hacia el cielo;
de tu cintura haré un trapo,
no intentes detenerlo;
te confieso que te admiro
al ponerte por delante
intentando parar mi tiro,
eres digno de recogerlo.
Quizá sea imposible
el poderme detener,
agradezco tus vitores,
pero no hay nada que hacer;
Y si puedes intentarlo
una y otra vez,
no te engañes hermano
jamás tendrás mi nivel.
Verás unos movimientos
sistemáticos para el corazón,
es como bombear la sangre
mi ataque es una ecucación;
una solución aritmética
que te dará un valor,
añádele tu poca ética
y hallarás la solución.
No hay color, hermano,
soy dueño y señor,
si levanto con gesto mi mano
ve, y coge el balón;
caerá suavemente
justo debajo de la red
comprenderás que no es leve
tu carencia y rapidez.
Insisto, sexo y baloncesto
son mi única religión,
soy dios en estos campos
no me vengas fantasmon.
Y si quieres aprender
observa mi doctrina,
entrena una y otra vez,
sino te da resultado;
tu sangre negativa debe ser.