Rodeado estoy de cruces,
calvarios enteros me rodean,
cayendo estoy de bruces
entre personas que me apedrean.
En medio del pecho tengo,
flores y amapolas, retengo,
el tiempo, ¡ Oh, lo lamento !,
tan solo será un momento.
Espadas perforan mi pecho
en medio de tanto deshecho
que podrán perforar las espadas
que las mujeres no hayan hecho.
Rompiendo voy una cadena
que he ido formando con pena y pena,
que el pecho tengo por lacena
y dentro de este arena.
Condenado estoy a sufrir
lamento tras pena,
que es mejor el dolor
visto por persona ajena.
¿ Cual será el eslabón de mi condena?
que dentro de mi se esconde la pena
rasgando las vestiduras del corazón, espera,
como la hoz va rozando la avena.
Desechado estoy del mundo
por personas que ostentan
cargos que no aparentan,
a ellos decirles, ¡SI! o lo que convenga.
Porque el mundo se guía por odio,
por odio se guían personas,
por estas personas la envidia
y por envidia, Horrores.
En las envidias y horrores
no pueden nacer las flores,
en las amistades sinceras
no pueden haber mentiras ni rencores.