Así enfrento la vida, sin esconderme.
Voy de frente hacia la tormenta sin
miedo, abro mis alas y una vez extendidas
desafío cualquier tempestad que se cruce
en mi camino; soy muy diferente a la avestruz,
que aunque parezca grande, ante cualquier
peligro su cabeza esconde.
No huyo de lo que acontece en mi vida, doy la
cara y jamás me oculto, siempre es mejor
enfrentar cualquier problema, a estar escapando
y sentir la sombra del enemigo sobre mi hombro,
permitiendo que domine mi fuerza.
Soy combatiente de las causas
perdidas, nado siempre contra la corriente, pues
el que todos puedan creer algo, eso no lo hace
verdadero ante mis ojos. Soy dificil, dura, inquebrantable
en el momento necesario, y cuando amo, soy dócil como
la flor salvaje que pasa desapercibida, pero su fragancia
perfuma todo el paisaje en la cima de la montaña.
Como el águila soy, mi vuelo es muy alto, inalcanzable,
para que nadie pueda dañarme, mis garras son fuertes,
capaz de arrancar y destrozar el corazón de cualquier
serpiente; pues nací para luchar sin temor a nada,
ni a nadie.
Solo un verdadero guerrero podría capturar
mi alma.
Porque el que no pueda volar alto como el águila,
jamás podrá alcanzar mi vuelo para desafiar mi fuerza
y conquistar mi corazón...
Lina
Lagodecristalesazules
10/06/2017
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