A la vida insulsa del estrés
esta la medicina del amor,
cuando el palpo de las manos
sobre tu sensible piel electriza
tus pensamientos; vagas
y, olvidada nadas placidamente
en los brazos del amor.
¡el amor!
¿Quién pudiera decir lo que es el amor?
Cuantas veces hemos sufrido
los látigos invisibles del amor,
bajo cuyos besos y caricias
probamos las dulzuras,
y, igual cuando admiramos una flor.
¡Ay vendito amor porque me atormentas!
en cada esquina, en cada calle
esta el amor.
La sonrisa de una dama,
a la mirada de un hijo,
el rezo de un corazón,
todo eso es amor.
¿Cómo no decir te amo?
¡Si sufro por ti!
En mis noches cuando las estrellas
vislumbran el manto desconocido
veo sobre la luna tu nombre
y, grito en silencio:
¡Ven a mi amor!
Muchas veces camino destrozado
cuando otros besos no correspondidos
estampan su calido resuello sobre tu tersa piel,
solo el silencio de mis labios ¡saben!
que quiero decirte:
¡Te amo!
Por todo me preguntaron:
si el amor es la medicina que te cura los males
O es el veneno que te consumirá paulatinamente;
y, yo les respondí:
El amor es la medicina que cura los males
por la cual debemos sufrir.