El sol le va diciendo adios al horizonte,
intentando aferrarse un poco mas a su perfil.
Pero su luz va agonizando tras los montes, y en rojo llanto se desgrana su sufrir.
Va ensombreciendo el cielo lentamente,
y un viento frio se comienza a sentir.
El trinar de las aves se ha tornado silente,
guardando luto al dia que ya está por morir.
Nuestro amor es igual que el ocaso que miro;
Aquel tiempo de gloria se pierde en lontananza.
Se nos fue terminando de suspiro en suspiro,
y el fuego en nuestras manos, hace mucho descansa.
Los dos vamos dejando que se acabe muy lento,
que asi, sin darnos cuenta.Llegue la oscuridad.
Para que no haya llantos que secar con el viento,
si en distintas veredas nos toca caminar.
Comprendo la ventaja de este adios paulatino,
sin tormentas que duelan y nos dejen rencor.
pues yo no tengo prisa de andar otros caminos,
me iré cuando vislumbres un destino mejor.
Por hoy .
¡ Ven !, sientate a mi lado a mirar este ocaso.
El rojizo retrato de lo que es nuestro amor.
Recuestate en mi pecho, mientras que yo te abrazo,
y te doy mi ternura que un dia fuera pasión.