Arco iris en blanco y negro,
con sus grises metalizados,
olor azufre que encantado
me debilita placeres viejos.
Fuego y recaída en mis ojeras,
venturas de una copa sin sentido
tinieblas, rojo oscurecido
y un par de pecados en la chispera.
Salgo a recorrer el camino del infierno
bengala y sabor a fuego en el vientre
si es que viene a buscarme la muerte
tendrá el color de un pálido invierno?
No me refugies mas y en silencio
espera el mar con sus algas envejecidas,
cerca estoy de graficar mi partida
viendola cerca, con gesto de recuerdo,
has de cuenta que no he existido
no merezco pena, ni tampoco limosna,
ni siquiera pasto que aún me esboza
en el humo ciego de mi cuerpo vencido.
Se va el guerrero, borracho y lastimado,
con sus ojos sangre y su piel ceniza
que a cada herida que hoy cicatriza
le vienen otras a las que ha matado,
de rodillas! mira y se persigna
ante el cristo rojo del sueño fidedigno
sus ideales caen, vendió su alma al indigno
rey de las oscuras y malditas consignas.
No merezco pena, ni siquiera lástima pura
herido de muerte, me desangro sonriendo,
te he desafiado! pero con honor perdiendo
mi fusil respira con el aire de la locura.