El corazón no entiende de las batallas que se libran en nuestro interior
Esta exento de razón, es libre, inconsciente y batallador
Se aísla de la las tormentas, alienta sus latidos, implícito de motivos
Se alimenta de sensaciones que le marcan el orden
La pasión le llueve y cala desde el perímetro al centro
Es orgulloso desde su rica esencia, osado y descarado prestidigitador
Se conoce y domina cada uno de los elementos que hacen funcionar su motor
Una mirada al tacto, una sonrisa a la ternura, explosivo en su dominación
Le presta los ojos al alma, le esconde la prepotencia a la razón
Se ilimita en sus limites, conoce a la perfección los dimes y diretes
Enfrenta a los sentimientos oscuros con la prestancia de un experto vencedor
Le imbuye la disciplina de un Dios y la eterna llama de perfecta expresión de honor
Se adueña de la magia y el poder del hechizo, explota deseos en su beneficio
Duende de alegría, en arte torna la nostalgia, en fervor torna la ausencia
Desespina la esperanza y reluce perfectos los sueños e ilusiones que lo embriagan