Mañana, cuando las ruinas nos vengan a la boca
arruinadas de escrúpulos y miedos,
todas ellas, en esencia,
libres de tiempo en nuestra espera,
mañana, cuando la última palabra
sea de verguenza,
y las lenguas corran las calles, miserables
huyendo del mañana y del hoy mismo.
Mañana cuando mueran tus ruinas y las mias,
yo no estaré contigo ni conmigo
para consolarte,
porque a solas la carne huele a todos
y las ruinas se comparten.
Mañana, el que aún no existe para desolarnos,
está ahí,
omnipresente en tu muñeca,
arruinándote la vida.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!