Solo mi momento es verdad.
Escribo lo que hubiera dicho,
lo que podría haber hecho
o, los deseos que fuera realidad.
No conforma de haber hablado.
De hecho, la realidad hay un largo trecho,
pero, ¿cómo demostrar con hecho?
El tiempo mi verdad ha desnudado.
¿Qué hacia ayer?, solamente hablaba,
hoy escribo lo que estoy pensando.
¿Me dejaran exponer mis ideas hablando?
Caerán sobre mí sin mirar lo que aportaba.
¿Cuanta razones hay para ser perseguido?
Antes nadie sabía de mí, ni me perseguían,
entonces me adelanto a los que guían.
ahora le molesto a los andan erguidos.
En los medios se cuentan crímenes.
Jueces perdonan diminutos delincuentes,
pues aun son pobre adolescente
y es amparado por norma y regímenes.
¿Puedes perdonar al que mata tu hijo?
todo pensamos lo contrario;
cuando un ser querido está en cementerio
sin importar lo que Jesús dijo.
Quisiera perdonar al que ofende,
pero sería hipócrita-mente.
¿Quién puede borrar el dolor de la mente?
La sangre de un ser querido no se vende.
Autor: Alcibíades Noceda Medina