cafeteleasetu

La ciudad ha sido secuestrada por una nube,
los autos parecen luciérnagas inquietas
y las lámparas de la calle luciérnagas cansadas.
Es una noche quieta; la lluvia cae y moja
todo lo que el sol ya no ilumina.
Me he venido a refugiar a este lugar
que de refugio no tiene nada;
hay cuadros y hay fotos de personajes
y familiares que no están ni en la vida ni en la casa.
Y me ven fijamente; accidental o intencionalmente,
pero me ven, y muy respetuosamente
no interrumpen mi silencio.
Se me antoja un café, pero mi sueño
averió la cafetera hoy por la mañana;
y yo no tengo ganas ni cerillos para calentar agua.
Que fácil es acordar una guerra y que difícil provocarla paz;
ahora mismo quisiera exiliarme de mi cuerpo
y repatriarme hasta mañana o pasado,
cuando supongo tenga hambreo sed;
cuando ya funcione la cafetera.