Hablar de amor es hablar del mundo,
de cada ser con vida que forma
la existencia,
del niño que ríe cuando juega
o la mujer que con pasión
se entrega,
del hombre que lucha por una
familia o de la rosa que crece
en el jardín de María.
Hablar de amor es conocer
el universo y cada estrella,
llorar por los que sufren
y pedir a favor por los que tropiezan.
Hablar de amor
es perdonar errores,
sabiendo que cada uno
un pecado lleva a cuestas,
es mirar al prójimo
y darle un abrazo.
El amor nunca falla,
nunca se revela,
es un sentimiento puro
en donde reina la nobleza,
es vencer la maldad con una sonrisa
o darle un beso
a la viuda que de pena experimenta.
Hablar de amor es hablar de todo,
de la dicha de ver la luz,
de escuchar el canto de un ave
y acariciar a la persona
que comparte tu habitación,
es darle gracias a Dios por darnos vida,
es darlo todo…
sin pedir condición.