Grande era la confusión
por no decir¡qué marrón!
en la que Don Juán vivía,
por las mujeres moría
y evitarlo no podía,
al ver que alguna sufría
o por algo le atraía
en su guía se convertía,
todo su amor le ofrecía
hasta que formó un harén,
¡la cosa pintaba bien!
pero el problema se hallaba
cuando alguna lo llamaba,
los nombres no recordaba
¡cómo recordar a cien!
aunque a cien ya no llegaba
porque, por muy bien que amaba
ya las fuerzas le fallaban,
el cuerpo no respondía.
Ante esta situación
consejo pidió a un amigo,
-escucha bien lo que digo:
para evitar confusiones
y también explicaciones
sin romper los corazones
tan sólo hay dos soluciones:
o llamas a todas Mari
o a todas llamas Cariño,
Cariño es más acertado
es más de un enamorado.
Aprendió el consejo dado
y a todas las sigue amando
y ellas por él suspirando,
por su amor siguen soñando,
la lección no la ha olvidado
pues nunca se ha equivocado,
..y Don Juán sigue encantado. MARGA M.R. (mar 68)