Qué fin puede tener la vida
si no es vivir cada día
haciendo marcas en el diario
que nos indiquen uno más.
Servirá para rememorar los días pasados
y que una graciosa sonrisa
de las personas queridas o un amor
nos produzca un dulce sabor
y en ese recordar,
sentir que somos poderosos,
que tenemos energía,
mientras asoma un nuevo día.
Los despechos, enfados, miedos,
provocaciones y puede que
malas intenciones, fluirán hacia
el interior en donde nacen las carcajadas
y que sin poder remediar
se desencaja la cara y asoman
por doquier colmillos, incisivos
y molares para arremeter
contra quien haga falta
y así poder, al dormir, señalar
en el diario el recordatorio
que te hará soñar.