Tu me llevaste contigo aun sabiendo bribon que tenia un prometido.
Fue una noche en una esquina robaste mi primer beso,
tocaste mis pechos que el siempre los tuvo dormidos,
y se me abrieron mi vida como ramos de jacintos.
mi lenceria de seda te sonaba en el oido,
y tu corazon se puso abrasador y encendido.
Y una noche sucedio mientras que afuera cantaban los grillos,
tu te quitaste la camisa,
yo me quite el vestido,
tu sacaste tu revolver,
y mi cutis se alumbro, ni los diamantes de la luna tienen tantos brillos.
Mis muslos entre tus manos nadaban como los peces
coloridos, por un lado abrasados, y por otro con un ligero escalofrio.
Aquella noche jinete galopaste el mejor de los caminos,
montado en una potra de nacar y perla
sin bridas, a pelo sin poder contenerla,
porque deseabas que unidos para siempre estuvieran nuestros destinos.