Trate alguna vez de dar con el paradero de la persona perfecta, pero sin querer, te hallé a ti.
Tu no eras un dios ni un profeta, sino que eras un simple ángel con una misión. No eras perfecta y es a ti te consta, aunque tus defectos eran tu mayor virtud.
Dejaste de lado tu supremacía angelical por estar con alguien como yo. Tal vez no te pude enseñar grandes cosas, pero si hay algo que rescato, es que de ti y solo de ti, aprendí lo que con otra mujer nunca pude, y fue a poder amar, a poder amar como nadie y no "nadien" sino nadie jamas pudo a amar.
Me entregue del todo, y no lo niego fue sin pensar, me dabas el poder y las fuerzas para seguir adelante, quizás con errores, no lo discuto, pero aun así sabre reconocerlos, tan solo gracias por todo, y aun mas y aunque no lo quieras, esperare tu volver.
Si estas por hay y puedes ver el cambio en mi, solo me gustaría decirte una fracesita, y es que tu eres. Mi alegría de vivir.