Llego y te veo, cierro los ojos, y mi mente te lee,
me duermo y sueño contigo en mi camisa abrazada.
Estas en todo lo que amo, hasta mi alma te posee,
voy por la vida abrasándome el calor de tu mirada.
Para seguir siendo feliz te veo bella en la mañana
entonces siento con ganas que debo seguir viviendo.
Eres mi sol del día y luna que se asoma en mi ventana,
mi estrella guía y mi flor perfumada que voy oliendo.
Cual colibrí te posas, y veo la magnitud de tu belleza
que es deslumbrante, cual regalo del Creador Supremo,
es una tentación desmedida como altar de nobleza,
Tú pelo es tan bello, es realmente fina hasta el extremo.
La resonancia de tu voz me traslada en mundo tranquilo,
la luminancia de tus ojos es mmágicamente hechizante.
El mundo en sí importa poco, solo por amarte me perfilo,
quijotescamente por ti pelearé, cual caballero andante.
Autor: Alcibíades Noceda Medina