Escucho el tic-tac, tic-tac, tic-tac
doy media vuelta y otra
espero que la luz se marche
que el silencio se adueñe
de esas voces que me alejan
del próximo amanecer.
Tic-tac, tic-tac, tic-tac,
la ira luce sus telarañas
mientras la inundada lágrima
cae con su peso en la cocada,
moja lentamente
el impregnado olor de las sabanas
y me hacen retroceder
a la infancia,
y entonces ese sonido inquietante
te hace saber
que aunque mires atrás
el tiempo sigue su línea
y quieras o no el tic-tac, tic-tac,
nos aparta del segundero
como la orilla separa
la tierra del agua.
Y luego que hay?
me pregunto.
el ojo que ciñe el alba
dibuja el horizonte
y baña los ríos de sentimientos,
alegra a las sonrisas
que pierden su destreza,
abrazan a la tristeza
como el viento a sus hojas.
Me pregunto
y luego que hay?
Tic-tac, tic-tac, tic-tac.