Estas ahí , yo lo sé
En algún rincón de mi vida.
Ya no te pienso, es verdad; pero...
Te siento talvez. La blanca luna ha salido ya,
La distingo entre las nubes;
Aunque apenas la dejan ver;
Talvez tu la estás viendo
En este momento en que mi amor se apaga...
¡para más nunca renacer! Lo recuerdo,
Te miraba a la distancia, ¡lo recuerdo bien!
Sí , tu parada frente a mí,
Volteaste y me encontraste; pero...
¡ no me viste a mí! Eran tus ojos como dos piedras brillantes
A las que no podía ver, y si nunca me atrevía
Era por miedo a perecer.
Perecer ante tus ojos; aunque no pueden ver más allá de los míos;
Perecer ante las voces que me enfrentan al destino,
Arrastrándome muy lejos...
¡ hasta no poderte ver ¡ Tu cabello se parece a las ondas tranquilas
De algún mar lejano perdido en el tiempo
Y se mece muy suavemente como al compás del viento,
Cuando paseas... ¡ bajo la luna ¡
Y es tu cuerpo cálido y frágil
Tan ardiente y excitante
Que mi imaginación recorre
Con mil ansias de tocarte,
En lugar de los que sí... ¡para crear
Una nueva historia de amor inspirada en tí! Quizá este nuevo otoño
Ha de ponerse tan gris como el anterior;
Pues sus hojas han caído como azotadas por el viento,
Con un canto singular , sencillo
¡que nos habla del invierno!
mil pensamientos vagan perdidos
Y alborotados en mi mente;
me preguntan si las hojas bailarán alegremente. Estas ahí en algún rincón de mi vida
Ya no te pienso , pero aun te siento.
Lo recuerdo, te pude ver parada allí
Contemplando la luz del mediodía;
Tu volteaste y me encontraste;
¡pero nunca me veías!
Quizá mi mente ya no te piensa,
Pero quedaste ahí por siempre...
¡en algún rincón de mi vida!