Las estrellas y el reloj

Frente al reloj de la ciudad,
su rostro anoche me dijo
que al verme tuvo felicidad.
Su cuerpo junto al mío
por una hora estuvo fijo;
no me di cuenta del tiempo,
será porque aparte de sus ojos
contemplé su divino cuerpo,
olvidándome así de la hora
que ni siquiera sentí el viento
soplando toda nuestra zona.
Me dijo que va pensar
si ya es tiempo para empezar
a ser amigos,
tal vez,no los mismos
que fuimos ayer,
pero que algo podríamos probar.
Me dijo su mirada
que no la dejara ir.
Y así, no la dejé ir.
La luna amartelada
la vió otra vez sonreir,
sonreirse conmigo,
cosa que habíamos olvidado;
me vi otra vez enamorado
de su carita coqueta,
de su mirada traviesa.
Me dijo su cuerpo que ella aún me recuerda.
Que no sabe si tal vez un día vuelva.
Le dije en secreto y en silencio,
mientrás en la mano le dejé un beso,
que si él no sabe cuidarla
yo me aprovecharé de eso.
La tierna noche y el reloj,
complices sonrieron los dos
al oirme decir eso.
Me dijo si es que aún sigo haciendo poesía,
le dije que sí, y que también sigo esperando,
a que un día sea nuevamente mía.
Y como buen soñador,
y también buen luchador,
cada nuevo dia sigo soñando
tener contigo una bella familia,
por eso siempre estaré luchando
para que vuelvas mi niña a mi vida.