Nunca me dicen tus labios lo que me dicen tus ojos,
que confiesan tus antojos o descubren tus agravios,
que me glosan tu dolor o me infunden tu alegría,
que me lloran tu agonía o me inundan de tu amor.
Que me alumbran o me ciegan,
me curan o me maltratan,
me acarician o me matan,
me conceden o me niegan;
pero que, siempre locuaces,
me saben contar sinceros
tus exhortos más austeros
y tus sueños más audaces.
Tienen tus ojos el don
de alegrarme, entristecerme,
consolarme y conmoverme;
y es porque tus ojos son
ojos que saben hablar,
ojos que saben reir,
ojos que saben herir
y ojos que saben besar;
ojos que hielan o abrasan
y que, con hielo o con lumbre,
dan o quitan pesadumbre
por donde quiera que pasan.. LUIS MARTINEZ KLEISER
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!