Cuadro en Venecia...

Con grave temperancia y diplomacia,
ha tiempo cuando fuimos a Venecia,
yo tuve que bregar con una necia
neuralgia que mostraba contumacia.
Llevaba de dolor la cara lacia,
las manos apretando mis mejillas.
Temblaba de los pies a las rodillas
y para rematar, lloraba Ignacia.
En góndola llegamos a la Iglesia
y yo buscaba urgido una farmacia
pues Aury no llevaba ni un calmante,
tan sólo unas tabletas de magnesia
y aquello no le hacía mucha gracia
al pérfido dolor beligerante.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC