Sin duda eres la mujer de mi vida,
La que el destino me tenía preparada,
El agua que aún no había sido bebida,
La niña que se robó mi mirada.
Eres la protagonista de este amor,
La que me lo presentó, me lo enseñó,
También eres la medicina que curo el dolor,
Que un falso querer me provocó.
Eres mi fantasía y mi realidad,
Mi media naranja y mi media sandía,
La tristeza y mi eterna felicidad,
Eres la dueña de mis noches y mis días.
A estas alturas de nuestra relación,
Después de tatuar tú nombre en mi corazón,
Mi amor, yo no quiero un final feliz,
Lo que yo quiero es una historia sin fin.