A UNA SOMBRILLA VIEJA

Adios sombrillita vieja.

Te dejo en la orillita del mar.

Ahí estarás muy solita

pero tendrás libertad.

Si a la noche sientes miedo

no te pongas a llorar.

Mira al cielo y a las estrellas

Y a la luna que en su ronda va.

Y sentirás mucha alegría

de vivir en libertad.

Y si la niebla te envuelve

Y te asusta la oscuridad,

canta y ríe fuerte

no quieras por ello llorar.

Pues que es el precio que tiene

 el tan preciado don de la libertad.

Sé libre sombrillita mía

y que no te apene tu soledad

que envidia te tiene el preso

que perdió su libertad.

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Cuando yo volví la cara

y te vi tan lejos ya,

sentí que algo en mí se moría

y tuve ganas de llorar.

Pero yo no quiero verte

Entre las ratas y la suciedad.

Y por ello te dejo sola

pero en plena libertad.

  Luz perdida

 11/10/87