Cuando buscas regadas en el piso las palabras adecuadas para cortar sin quemar el altar construido con abrazos, me lleva a la mente un asfixiante recuerdo que estoy por vivir, no quiero intuir lo que me dirás por miedo a exagerar, aunque sé que me quedaré corto de imaginación. Anda, levanta tu mirada y envísteme como si fuera un costal de arena, seré una piedra, te prometo no sentir, procuraré hasta el final hacerte reír, caminaré bajo la noche sin mirar atrás, en mi sendero no verás lagrimas, sólo gotas de lluvia que no humedecen la tierra, el viento levantará tanto polvo que nunca me volverás a ver, nunca volverás a sentir lástima por alguien, no te inquietes, porque nunca volveré a nacer.