A ti, que un día me hiciste reír,
alegraste mi día y mi corazón.
En esos momentos que las lágrimas
empañaron mis ojos, me derrumbaba
y vos estabas junto a mi
con tus palabras de amor.
Que cuándo caí, fuiste una de las pocas que
me extendió su mano, me lleno de mimos e
hiciste que viera la vida diferente.
Que cuando la mayor parte me marginaba
dándome la espalda, me hiciste entender
que no importaban los pocos,
porque eran muchos los
que me querían fuerte.
Me enseñaste que mis ojos hablaran por mi,
con solo mirar los tuyos,
que dijiste aquí estoy, cuando
el dolor me invadía.
Quiero decirte en esta pequeña nota,
lo importante que sos en mi vida,
aunque el camino recorrido nos
lleno de sorpresas,
pero tu amor salvo mi vida.
Hoy cierro la cajita de mi corazón,
te albergo en el,
por y para siempre.