El sol, eterno enamorado de la luna
la persigue, y la irradia con su luz en su locura…
Pero en el principio de la creación
(que cruel se augura)
quedaron condenados a la desilusión…
por nunca poder compartir, la misma postura…
Ella por su parte, también lo busca…
pero es inútil…, porque cuando hacia él se desplaza,
más se agrandan sus distancias…
pues él, impetuoso amante, parte en busca de su amada…
Y en ese ritual eterno
queman los dos sus ganas…
ella lo único que espera es devolverle
su amorosa luz… que la baña…
Por eso es que en el cielo,
cada cierto tiempo
podemos ver,
noches con luna llena extasiada…
Más sólo a veces… como regalo del creador,
pueden verse cara a cara en las mañanas…