Hoy mi cabaña eres ruinas, maderas apolilladas.
deshaciéndote a pedazos como nave naufragada..
Grandes surcos hay en tus muros reflejos de mil batallas, de lluvias, de vendavales, de tormentas despiadadas.
En tu pared de madera guardas recuerdos de infancia,
arreboles de pasiones, alegrías y nostalgias.
Siete peldaños de perla coronaban tus escalas
que conducían al cielo donde estaban tus lucarnas.
Tus corredores de luces, hoy nidos de aves blancas,
fueron pulidos al ritmo de los bailes, de las danzas.
Regias orquestas de nubes repiquetearon tus tablas,
tus rincones mas ocultos, tus cornisas de oro y plata.
En tus pisos enmohecido te pintaron un paisaje;
la oxidación con su hastío te brindó mil grietas blancas;
el descuido y el olvido coopero con grandes manchas.
Dando el tiempo, en su momento, la última pincelada
Estas en triste momento, no cuentas ya con aliento,
te caes por donde quiera, ¡no fuerces mas tus maderas!
¿Te inclinas haciendo venias?.
¿Que pretendes, darme pena?
Te diré ¡Si!.¡me da pena verte morir a mis pies!
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!