Con distancia,
como Júpiter y el sol,
y tú pensando en la luna,
y yo mirando un techo amarillento
esperando que se abra un agujero en el espacio
y descienda de el una alienígena
a eliminar mis tercas depresiones,
escribiendo por egoísmo,
necesidad,
sabiendo que lo mejor que he escrito nunca
fue tan simple
como tal vez ahora innecesario recordar,
pero así funciona el cerebro
rememorando las palabras más sencillas del lenguaje
y que encierran un universo de sentimientos
perdidos ya como viejos calcetines,
dos palabras ya lejanas
"te quiero"
y es que somos ya como Júpiter y el sol. . .
yo donde siempre
pero sin parar de quemar combustible,
tú orbitando ajena a mi existencia.