No solo de recuerdos se vive en la vida,
mi vida en un solo recuerdo
de líquenes nocturnos, de musgos,
de sueños prendidos en la esencia
de la misma vida, sin halagos;
De mar y olas en la tempestad dormida,
en las musas olvidadas y sin presencia
del solitario y olvidado cardo.
¿Por qué quieres mantener mi existencia?
¿Acaso no gozas más con la ausencia?
Soy solo un suspiro en una oscura nube,
soy solo la amabilidad sentida
en el desierto caluroso y con mi nube
llenaría el seco sentimiento en poesía
del grandioso mar de esta vida.
¡Me he curado del amor que padecía!
El sendero de álamos y acacias
ataviadas de sensuales fragancias,
sembradas fueron el comienzo…
el final goza grandioso suspenso.
Diluyen tu existencia situaciones anteriores,
si el acervo dolor hoy padecieres,
la hoguera hasta ahora prende
para quien el amor… no comprende.
¿Luz de luna, amar no haz aprendido?
¿El tierno sol no es tu marido?
¿No son tus hijas las dóciles auroras?
¿Acaso no has dicho que a él adoras?
No seas falsa noche de estrellas,
si para enamorar lanzas centellas
durante el tiempo que estas afligida…
¡Así seas la única querida!
¿Por qué quieres otro nuevo día?
¿No naciste de él en época indefinida?
Solo quieres para ti oscuridad eterna,
por amar en lúgubre caverna,
en tu silencio impío, en tu opaca lejanía,
en el desamor que sembraste, sin verla…
Al ser de otro. ¡no la amada mía!