Sonríe su silueta me va diciendo adiós.
Mientras levemente su cuerpo,
difuso de mí se aleja.
Las miradas cambian. Una suya. Una mía.
En una que aproxima en una que se marcha.
No podré ver mañana su expresión en dormida.
Ni sus ojos saltones como cuando me amaban.
La noche, los sueños, la luna, las estrellas
no podrán ser tan bellas nunca mas ya sin ellas.
Mientras mi alma la anhela
absurda rompe a llorar.
Cual corazón la siente y la empieza a olvidar.
Su silueta pequeña, cada vez mas pequeña.
En pasos que la alejan para siempre de mi.
Y rendida la novia va llegando al altar.
La miran: la noche, la luna, las estrellas.
Mi alma la llora, mi corazón, mis sueños.